Freddy no se cree nada de lo que Frank le cuenta sobre lo que ocurrió hace un tiempo, cuando los muertos volvieron de sus tumbas con ganas de comerse a la gente. Para demostrarle que es cierto, Frank le lleva al sótano del almacén de productos sanitarios en el que trabajan. Allí han escondido un barril que contiene a uno de los zombies y el gas que devolvió la vida a los muertos. Accidentalmente, acaban liberando a la criatura y esparciendo el gas, que llega hasta un cementerio cercano.