La tímida Sabrina, hija del chofer de la familia Larrabee, lleva años enamorada en secreto de David, el hijo menor, un joven caprichoso y mujeriego. Por más que su padre la haya advertido, Sabrina sigue soñando con que David se dé cuenta de su amor y quiera salir con ella. Tras un tiempo en Paris, Sabrina vuelve convertida en una mujer elegante y glamurosa capaz de hacer que se sienta atraído por ella tanto David como su hermano mayor, el serio Linus.
Tras el éxito de Vacaciones en Roma, Paramount no perdió el tiempo en crear un vehículo romántico para Audrey Hepburn. Contrató a Billy Wilder para adaptar la obra de teatro de Samuel Taylor junto al propio autor y el afamado Ernest Lehman. Si bien Taylor no quedó contento con los cambios que el director introdujo, si lo hizo el público que respondió a esta historia menos ácida de lo habitual en Wilder, donde sin embargo no faltan sus siempre punzantes diálogos.
El director resolvió está comedia romántica dotándola de un elegante toque de cuento de hadas que equilibró gracias a su preciso sentido del ritmo y el espacio.
Como curiosidad, cuenta la leyenda que Audrey Hepburn y William Holden mantuvieron un tórrido romance durante el rodaje de la película y la actriz abandonó al galán al finalizar el mismo, para caer en los brazos de su futuro esposo, Mel Ferrer. Holden, con el corazón destrozado, nunca acabó de superar este trauma y se lanzó a la bebida para el resto de su vida.